jueves, 8 de noviembre de 2007

Diez minutos de descanso

(el lector y el traductor fuman sus cigarrillos con placentera afinidad. Se asoman a un amplio ventanal y observan desde la altura el magnífico atardecer de otoño, que tiene luces y tonos de un aútentico cielo de gloria,cencebido por un gran pintor. Luego, sus miradas se sientes optimistas ante el panorama de los tejados, terrazas y agujas; los ojos pasean con voluptiosidad de gatos sobre el arbitrario amontonamiento. De abajo suben los ruidos de la calle, creados por esa ingenua actividad ciudadana que tan bien aprecian los desocupados. El lector y el traductor han cambiado pocas palabras: sus cigarros acaban ya y la pausa queda consumida en el cenicero. Cierra el lector otra vez la hoja de cristales, y, sentándose denuevo, invita a su interlocutor con un gesto de interés deferente.)

2 comentarios:

unavezmas dijo...

una vez llegué, prendí la radio i sonaba come together.

Baal dijo...

HEY, quién es el de arriba?