Estoy sentada en alguna banca en Quilpué, típico domingo con sed y ojos cansados. Cuando el auto control falla, cuando quiero alejarme de todos y prefiero el caos. Me fui a acostar un poco mareada, fumé, hablé, dormí y no me sirvió de nada. Amanezco y me encuentro con un sol incapaz de curar las heridas de la ciudad, (citando a Fito una vez más). Mi mamá sigue acusándome de quizás que cosa, llamándome en la madrugada con el único objetivo de alterarme, solamente a mi. Mis obligaciones siguen intactas esperándome en el escritorio, ¿y qué camino tomo yo?, la inercia,sigo con las tertulias, con las cargas, con la misma vulnerabilidad a el dolor de mi vieja. Bajo los lentes de sol mis ojos insisten en cerrarse, pero nadie lo nota, nadie se percata de mi molestia al pestañear y ver que nada cambia, nada me sorprende. A veces es bueno dejarce llevar por los impulsos, esos que yo jamás sigo y que de vez en cuando me superan.
,pero no me atreví, sólo salí corriendo y en medio de la calle me di cuenta que más allá de los espasmos, estaba claro que me estaba muriendo
queda mucho por decir.
1 comentario:
tus canciones, tus esperanzas
tus deseos, tu música.
tu escuchaste la mia, mi intaliano, mi alemán y un poco de ruso
te di un walkman, tu me diste una almohada y un dia me besaste
pasó el tiempo, voló el tiempo
mucho por decir, por..
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